Evaluación
La evaluación es un primer paso importante para poder proveer una silla de inodoro o de ducha.
Si aún no lo ha hecho, descargue el formulario de evaluación e imprima una copia.
Si no puede descargar el formulario, no se preocupe. Cada una de las preguntas del formulario se mostrará a medida que avanza en la lección.
Recuerde que este formulario de evaluación es tan solo un ejemplo desarrollado como material del módulo.
Si su servicio utiliza un formulario diferente, háblelo con su supervisor.
El formulario de evaluación para sillas de inodoro y de ducha le guiará con preguntas que serán de ayuda para que usted y la persona:
- Comprendan el porqué de la dificultad al ir al baño o al asearse y si la silla de inodoro o de ducha pueden ayudar.
- Planifiquen dónde la persona utilizará la silla de inodoro o de ducha y cómo lo hará.
- Seleccionen las características importantes que debe tener una silla de inodoro o de ducha para esta persona.
Al final del formulario es posible redactar un plan de acción. En dicho plan se puede incluir la evaluación de otros productos de apoyo, así como la derivación a otros servicios.
Siempre que vea este ícono en el formulario, significa que la persona posiblemente necesite una derivación.
Si la persona ya cuenta con una silla de inodoro o de ducha, use el proceso de evaluación a modo de guía para comprobar el artículo satisfaga sus necesidades.
Puede ser necesario probar y ajustar la silla de inodoro o de ducha, repararla o reemplazarla.
Para llevar a cabo la evaluación, busque un espacio tranquilo y privado donde sentarse con la persona.
Explíquele que le realizará algunas preguntas y que sus respuestas serán de ayuda para elaborar un plan en conjunto.
Si corresponde, haga partícipes a los familiares o las personas a cargo de los cuidados.
Datos de la persona
La primera parte de la evaluación de la capacitación consiste en recopilar información de contacto sobre la persona, como su nombre, sexo, edad, teléfono y dirección.
Empiece por recopilar información general sobre la persona, incluidos sus datos de contacto, sexo, edad y peso.
Peso
Debe anotar el peso de la persona. Si no tiene una báscula y la persona desconoce su peso, puede anotar un peso estimado.
Pregunta
¿Por qué es importante registrar el peso de la persona?
El peso de la persona es importante porque las sillas de inodoro y de ducha tienen un peso máximo que soportan de forma segura.
Entrevista para la evaluación
La primera parte de la entrevista de evaluación se enfoca en las dificultades que tiene la persona para para ir al baño o asearse.
Comprender la causa de las dificultades será de ayuda para decidir, en conjunto, si una silla de inodoro o de ducha serían convenientes o si es preferible otra solución.
Pregunte: ¿Por qué tiene dificultades para ir al baño o asearse?
Veamos primero algunos de los motivos relacionados al entorno.
Barreras del entorno
Las personas pueden tener dificultades porque:
- La distancia al baño o al espacio de aseo es muy larga
- El trayecto hacia el inodoro o el espacio de aseo no es de fácil acceso
- La entrada al inodoro o al espacio de aseo no es de fácil acceso.
Pregunta
Si existen barreras del entorno, ¿qué acciones podrían ayudar?
Piense en las respuestas antes de verlas.
- Acercar el baño y el espacio de aseo o eliminar los obstáculos. Por ejemplo, instalar una rampa o ensanchar la puerta.
- Colocar una silla de inodoro o de ducha en un lugar privado (no en el baño o espacio de aseo) al que la persona pueda acceder con más facilidad.
Recuerde que, además de eliminar las barreras del entorno, la silla de inodoro o de ducha pueden resultar convenientes.
Veamos ahora las capacidades físicas de una persona.
Capacidades físicas
Las personas pueden tener dificultades relacionadas con sus capacidades físicas.
Una silla de inodoro o de ducha puede ser conveniente para las personas que:
- Tienen dificultades físicas para llegar al inodoro o al espacio de aseo
- Tienen dificultad para ponerse en cuclillas o sentarse y levantarse
- Son frágiles y han tenido más de una caída en el último año o tienen miedo a caerse
- No pueden permanecer de pie o tienen dificultades para hacerlo
- Se cansan o se marean al asearse
Las barras de apoyo suelen utilizarse en combinación con sillas de inodoro y de ducha para que las transferencias y cuidado personal sean más seguras y fáciles.
Consulte el módulo sobre barras de apoyo para obtener más información al respecto.
Ella es Cali.
Cali tiene artritis y a menudo le duele la cadera y las rodillas al caminar.
Cali utiliza un banco de ducha para ducharse y no cansarse tanto. También se siente más segura que cuando lo hace de pie.
Utiliza una silla de inodoro sobre el inodoro para usar sentado. La silla de inodoro es más alta que el inodoro y tiene reposabrazos. De esta manera, le resulta más fácil y menos doloroso sentarse y levantarse.
Una silla de inodoro o de ducha puede no ser la solución adecuada si, a su vez, la persona tiene otras dificultades físicas que le dificultan ir al baño o asearse.
Veamos algunas de estas otras dificultades físicas.
Dificultad para desvestirse y vestirse
A una persona con dificultad para desvestirse o vestirse también puede costarle ir al baño, ya que no puede quitarse la ropa con la suficiente rapidez.
Asearse también puede ser difícil y llevarle más tiempo.
Para estas personas, puede ser útil:
- Usar productos de apoyo para vestirse
- Usar ropa fácil de poner y quitar
- Aprender diferentes formas de vestirse
- Tener la ayuda de otra persona
Él es David
David es un hombre mayor que vive con su mujer, Leitengi. David es un adulto frágil y su movilidad es limitada.
Leitengi le ayuda con su cuidado personal, aunque a David le gusta hacer todo lo que puede por sí solo. Los productos de apoyo le han ayudado a ser más independiente.
Utiliza un banco de ducha en el espacio de aseo y una silla de inodoro colocada sobre un inodoro para usar sentado.
Para vestirse y desvestirse utiliza productos de apoyo, como un calzador de mango largo para ponerse y quitarse los zapatos y las medias.
Consulte el módulo sobre productos de apoyo para el cuidado personal para ver algunos ejemplos de productos para apoyo para vestirse.
Dificultad para vaciar la vejiga o el intestino (incontinencia)
Si una persona tiene dificultades para vaciar la vejiga o el intestino, averigüe si ha consultado (recientemente) a profesional de atención de salud. De no ser así, derívela.
El profesional de atención de salud evaluará el motivo de la incontinencia y trabajará con la persona para tratarla o controlarla.
La incontinencia por sí sola no es motivo suficiente para utilizar una silla de inodoro.
Sin embargo, algunas personas con incontinencia sí pueden necesitar una silla de inodoro. Dependerá también de sus otras capacidades físicas y del control sobre la vejiga y el intestino.
Comente con la persona si una silla de inodoro o de ducha les será de ayuda, en caso de tener dificultades.
Pregunta
Peter no puede controlar voluntariamente sus esfínteres.
Con la ayuda de un profesional de atención de salud, ha aprendido a manejar el vaciado de la vejiga. Utiliza una sonda para vaciarla varias veces al día. Lo hace sentado en su silla de ruedas.
Cuando tiene que evacuar el intestino, Peter se transfiere a un inodoro para usar sentado. Tiene un barra de apoyo junto al inodoro que utiliza para ayudarse al hacer la transferencia.
¿Peter necesita una silla de inodoro?
No, Peter no necesita una silla de inodoro. Por el momento, controla el vaciado de la vejiga y el intestino por sí solo.
Si Peter empezara a tener dificultades para transferirse al inodoro o para sentarse cómodamente en él, una silla de inodoro podría serle de utilidad.
Atención. Si alguien le comenta que siente dolor al vaciar o intentar vaciar la vejiga o el intestino, indíquele que debe acudir a un profesional de atención de salud. El dolor puede indicar un problema de salud.
Derivar a la persona de inmediato.
No puede sentarse de forma erguida sin apoyo
Una persona joven o adulta que no pueda sentarse erguida sin apoyo no podrá utilizar una silla de inodoro o de ducha estándar.
Es posible que pueda utilizar una silla de inodoro o de ducha modificada.
Ella es Sakura
Sakura tiene 11 años y vive con sus padres. Tiene parálisis cerebral, por lo que utiliza una silla de ruedas con soporte postural para sentarse cómodamente. También tiene dificultades para comunicarse.
Los padres de Sakura explicaron al personal de un servicio de rehabilitación que les resulta más difícil controlar su cuidado personal a medida que ella crece.
Sakura no puede sentarse en un inodoro, por lo que lleva toallas absorbentes lavables. Se la baña en la cama con una esponja.
En el servicio de rehabilitación ayudaron a Sakura y a su familia a probar una silla de inodoro y de ducha combinada con acolchado y apoyos posturales adicionales.
Sakura disfrutó enseguida de poder sentarse en la silla de ducha en el espacio de su casa donde se asea. Con la ayuda de su madre, ahora se ducha todos los días.
Otros motivos
Una persona puede tener razones no físicas o del entorno que dificulten ir al baño o lavarse.
Según cuál sea el motivo, una silla de inodoro o de ducha pueden ser de utilidad.
Por ejemplo, a las personas jóvenes o adultas que tienen dificultades para razonar o recordar cosas puede serles difícil gestionar su cuidado personal. Una silla de inodoro o de ducha pueden ayudarles al proporcionar un lugar seguro para sentarse mientras evacuan o se asean.
Después de explorar los motivos por los que la persona tiene dificultades para ir al baño o asearse, hablen sobre si una silla de inodoro o de ducha podrían ser de utilidad. Si ambos están de acuerdo en que una silla de inodoro o de ducha pueden ser útiles, continúe con la evaluación.
Cómo y dónde se utilizarán la silla de inodoro o de ducha
Pregunte: ¿Cómo y dónde utilizará la silla de inodoro o la silla de ducha?
Si la silla de inodoro se va a utilizar sobre un inodoro, compruebe lo siguiente:
- ¿Es fácil llegar y acceder al baño?
- ¿Hay espacio suficiente en el baño para colocar la silla de inodoro?
- ¿Es posible colocar las patas patas de la silla de inodoro en una zona plana y nivelada?
- ¿Se comparte el inodoro con otras personas? En caso afirmativo, ¿hay espacio suficiente para mover la silla de inodoro cuando otras personas quieren usarlo?
Si la silla de inodoro se usará en otro lugar, piense en lo siguiente:
- Un espacio adecuado y privado
- Dónde se lavará las manos la persona (y cualquier persona que la ayude)
- Quién vaciará y limpiará el recipiente.
En el caso de la silla de ducha, hay que considerar también el lugar donde la persona se desvestirá y se vestirá.
Si resulta más fácil hacerlo lejos del espacio donde se asea (por ejemplo, en un dormitorio), quizá deba mover la silla de ducha a este espacio. La silla necesitará ruedas y reposapiés.
Las sillas de inodoro y de ducha que utiliza Sakura tienen ruedas.
Dado que Sakura no puede sentarse con facilidad, su madre la viste y la desviste en su cama. Luego, sus padres la levantan sobre su silla de ducha y la impulsan al espacio de aseo para bañarla.
Tanto para las sillas de ducha como para las de inodoro, piense en cómo se subirá y bajará la persona.
Las personas con dificultades de movilidad pueden necesitar asesoramiento y práctica para aprender a hacerlo de forma segura.
Consulte la Lección 3 para obtener más información sobre cómo sentarse y levantarse de las sillas de inodoro y ducha.
Comprobar el riesgo de lesiones por presión
Una lesión por presión es una herida de la piel. Suele producirse sobre una zona ósea.
La superficie de la mayoría de las sillas de inodoro y de ducha son duras. Esto las hace más resistentes al agua y más fáciles de limpiar.
Sin embargo, si una persona está en riesgo de desarrollar una lesión por presión, se recomienda elegir una silla con superficies acolchadas. Esto minimizará el riesgo de desarrollar lesiones por presión.
Las personas con riesgo de desarrollar lesiones por presión relacionadas al uso de sillas de inodoro o de ducha son aquellas que:
- Tienen sensibilidad (sensación) reducida en los glúteos, los muslos, la espalda o cualquier otra zona en contacto con la silla.
- Ya han tenido lesiones por presión
- Son delgadas o frágiles
- Les cuesta cambiar de posición mientras están en la silla de inodoro o de ducha.
Durante la evaluación, pregúntele siempre a la persona si tiene úlceras por presión. En caso afirmativo
derive a la persona a profesional de atención de salud.Si al sentarse en una silla de inodoro o de ducha nota que la úlcera por presión está en contacto con la silla, se debe evitar su uso hasta que la herida esté completamente curada.
Consulte el módulo Productos de apoyo para la movilidad para obtener más información sobre las lesiones por presión.